Zúñiga se encuentra ubicado en la Sexta
Región del Libertador Bernardo O'Higgins, provincia de Cachapoal, comuna de San
Vicente de Tagua Tagua. Está a 15 km. al norte de la ciudad de San Vicente.
El pueblo de Zúñiga constituye una unidad de asentamiento representativo de la evolución histórica de una comunidad humana rural de la zona central de Chile. El conjunto edificado en torno a la calle principal del pueblo de Zúñiga conforma una expresión de la arquitectura tradicional chilena, con una marcada unidad estilística, constructiva, arquitectónica y urbana. La conjunción de las edificaciones y el paisaje que las enmarca conforma una unidad paisajística, con características ambientales propias, que definen y otorgan identidad, referencia histórica y urbana a este pueblo.
El pueblo de Zúñiga constituye una unidad de asentamiento representativo de la evolución histórica de una comunidad humana rural de la zona central de Chile. El conjunto edificado en torno a la calle principal del pueblo de Zúñiga conforma una expresión de la arquitectura tradicional chilena, con una marcada unidad estilística, constructiva, arquitectónica y urbana. La conjunción de las edificaciones y el paisaje que las enmarca conforma una unidad paisajística, con características ambientales propias, que definen y otorgan identidad, referencia histórica y urbana a este pueblo.
La protección y conservación del aspecto típico y pintoresco
de poblaciones y lugares como el pueblo de Zúñiga, asegura el desarrollo
cultural, el turismo, el disfrute y el bienestar general de la comunidad
nacional, propiciando la investigación, la educación, y la valoración de una
determinada manifestación histórica y cultural.
El patrimonio perteneciente a las Zonas Típicas o
Pintorescas existente en el país, como el hallado en Zúñiga, representa un
valor irreemplazable e irrepetible para nuestra realidad cultural, por lo que
se hace imprescindible normar y regular sus intervenciones. El conjunto se
encuentra expuesto a procesos de renovación y deterioro. Desde 1984 a la fecha,
el pueblo ha perdido alrededor del 25% de la superficie de los inmuebles de
interés histórico-artístico construida en ese entonces.
De acuerdo a todo lo anterior, el pueblo de Zúñiga es digno por sí mismo de ser calificado como de interés histórico, artístico, arquitectónico, urbanístico y social.
De acuerdo a todo lo anterior, el pueblo de Zúñiga es digno por sí mismo de ser calificado como de interés histórico, artístico, arquitectónico, urbanístico y social.
Al hacer más dificultoso vadear el Cachapoal hacia Coltauco,
por la profundización del cauce del río para evitar sus continuos desbordes
-que amenazan anegar a los habitantes del área-, la situación de Zúñiga ha
variado de "lugar de paso" al de "terminal", aunque
conservando su carácter de centro de otros núcleos rurales de población más
pequeños. Esta situación ha sido paliada con la apertura, en 1967, del camino,
que por la "Punta del Viento" bordeando la ribera sur del Cachapoal,
lleva hasta Coínco. Este semiaislamiento
de Zúñiga, que ha frenado su crecimiento, ha sido lo que, en cierto modo, le ha
permitido conservar su configuración urbana.
La antigua dependencia de Guacargüe ha sido cambiada por San Vicente de Taguatagua, a cuya comuna sigue perteneciendo en la actual provincia de Cachapoal de la VI Región. El censo de 1970 indica para Zúñiga una población de 258 habitantes, distribuidos en 52 viviendas, sobre un total en el distrito de 1.555 personas. Posteriormente, el sector sur del poblado fue ampliado y, a pesar de su trama ortogonal, no alteró el orden lineal del sector antiguo.
Patrimonio Urbano y Arquitectónico de Zúñiga
Zúñiga, con su arquitectura típica de pueblo rural del valle
central, es un patrimonio en continuo deterioro y en franca extinción. El pueblo de Zúñiga constituye una experiencia
arquitectónica y urbana única, propia sólo de este lugar del mundo. Para tener
esta experiencia hay que estar en este pueblo, conocer su historia, conocer a
su gente. Para legar esta experiencia a nuestros hijos debemos preservarla.
Para ello es imprescindible que los habitantes de este pueblo sigan viviendo
allí, donde deben poder sustentar sus economías domésticas, sus viviendas y su
entorno. Todo ello debe proporcionarles calidad de vida.
El conjunto está amalgamado por la materialidad constructiva
de gruesos muros de adobe y su consecuente estilo arquitectónico estructural,
en el que predomina la horizontalidad de los paramentos de fachada, donde la
proporción de muros, o llenos, supera a la de los vanos, los que, rectangulares
y dispuestos verticalmente, están distribuidos de manera más o menos uniforme y
en composiciones asimétricas. También son de notar las vistosas techumbres
cubiertas de tejas, que protegen los muros con sus grandes aleros, en su mayoría de rústicos canes a la vista, no
faltando los que están forrados con entablados, y en uno solo de los casos,
además decorado con molduras de madera.
Trazado Urbano
Característico del pueblo es su trazado irregular, lo que
implica experimentar perspectivas quebradas y cercanas. Esto se puede apreciar
sobre todo en la calle principal, en su tramo norte sur. Al entrar por esta
vía, el pueblo se va descubriendo en una sucesión de experiencias que rematan
al descubrir la plaza. Así también se suceden las experiencias al entrar por
calle Gultro, camino hacia la Gruta de Lourdes. El eje oriente poniente de la
calle principal es casi recto. Sin embargo, debido a que la
edificación en su tramo medio no es continua, la atención de
quien aprecie su arquitectura se van centrando en los edificios que bordean la
calle, conformándose "eventos" definidos, que fraccionan pero no
desintegran la experiencia total del pueblo.
Esto debido a la armonía estilística que cohesiona la
vivencia de la arquitectura de Zúñiga. El trazado irregular del pueblo puede
explicarse por razones históricas. La estructura de conformación urbana de
Zúñiga corresponde al tipo de traza libre, cuyas características originarias
aún se mantienen. No existe proceso fundacional: no ha sido posible encontrar
una fecha exacta acerca de su origen (sólo se sabe que en el año 1765 el padre
Antonio de Zúñiga erigió una capilla en Toquigua). La "capilla del cura
Zúñiga" debió ser construida en un lugar con cierta densidad poblacional -
que justificara el viaje desde Peumo, cruzando el Cachapoal -, hecho
corroborado por los libros parroquiales desde 1676. En los archivos notariales
consta que hacia fines del s. XVIII el valle ya estaba muy parcelado. La
cercanía de las haciendas de Toquigua y La Estacada, entre cuyos deslindes
estaba emplazado Zúñiga, pudo ser motivo de concentración poblacional en el
área que constituía la mano de obra en ambas haciendas; el "camino público
en que una primitiva referencia centra un considerable número de
pobladores": la referencia en este caso era "la capilla del cura
Zúñiga", camino hacia la ribera norte del Cachapoal. El pueblo está
conformado por una hilera de casas a ambos costados del camino y sólo por
excepción o necesidad se trazan uno o dos callejones transversales. "A
veces existe una pequeña plaza originada por un espacio libre que la Iglesia
deja a su frente", que constituye lugar de encuentro. La descripción
característica de los pueblos de traza irregular contiene exactamente el
aspecto urbano de Zúñiga.
La espacialidad se define en este pequeño núcleo urbano por los ejes oriente - poniente y norte - sur, y el encuentro de ambos en el conjunto plaza -iglesia se destaca como el espacio de mayor jerarquía. El quiebre que se produce en este punto, la sinuosidad de la calle y el espacio mismo controlan la perspectiva.
El camino se transforma en un cauce definido por las casas y tapiales que diferencian la actividad urbana de la rural del huerto.
La arquitectura de Zúñiga conserva una expresión estética
serena y simple, en armonía con el paisaje. Predominan el adobe y la teja como
elementos constructivos, de cuya aplicación se obtienen formas claras
reducibles a volúmenes elementales. Los detalles de ornamentación se reducen a
sutiles aplicaciones de molduras y cornisas sobre marcos y dinteles de puertas
y ventanas, enriqueciendo la expresión formal. El estado de conservación del
pueblo decayó a partir del terremoto de 1985. El Seminario de Práctica
Profesional del arquitecto Sergio Ruminot Núñez declara que antes del sismo
existían muchas más construcciones de gran valor arquitectónico.
La casa más señera del conjunto (conocida como Casa Lisboa)
está actualmente casi abandonada. Su propietaria, doña Lía Bravo Lisboa,
pretende su demolición para reemplazarla por una edificación nueva.
Por fortuna, la reciente declaración de Zona Típica implica alguna protección: al menos debe ser superada la valla del Consejo de Monumentos Nacionales. Otro factor que promete alentar su conservación es el hecho de que se incorpore a una ruta turística que lo enlaza con los sitios arqueológicos de Cuchipuy y Tagua Tagua.
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